Los últimos dos meses, de los dos años que llevábamos
viviendo juntos, estaban siendo demasiado fuera de lo comunes en mi vida…
Julia y yo casi no nos
veíamos, ya que cuando yo llegaba a casa ella se iba cada día con una escusa diferente: que quedaba con su editor, con Charlie,
con sus amigas, que iba a la peluquería,
a hacer la compra…
Lo peor de no verla era no poder disfrutar con ella las
cosas que antes disfrutábamos juntos. Poder llegar a casa y que ella me reciba
con una sonrisa y café, ver una película en el cine, pasear por los jardines de
noche…
Otra cosa que me llamaba la atención era que no estaba
escribiendo nada, pero cuando llegaba a casa o se iba decía que “le había
vuelto la inspiración en la vida “.
Lo único que me daba fuerzas para despertarme en soledad
cada mañana era que en esta etapa de su vida se la veía feliz. Y aún así estaba
distante, teniendo una manera de expresar
su afecto como si fuera un colega
más.
Entonces un día lo comprendí. Estaba hablando con una
camarera en un pub de “el tema “, ya que
ese día estaba de bajón y decidí ahogar un poco mis penas en el alcohol acabando por contarle mi vida a la pobre
camarera que ya estaba bastante atareada. Lo mínimo que oí que me decía era que
a lo mejor ella “estaba esperando algo
más “.
Al principio pensé que la camarera estaba diciendo lo
primero que le vino a la mente pero al levantar la cabeza me di cuenta de que
me estaba haciendo caso. Me marché tras pagarle a la camarera, de más por su
gran consejo, y fui a dar un paseo por
los jardines como solía hacer con Julia .Esperando volverme más sobrio estando
relajado y acerté .Tras estar lo suficientemente normal para pensar fui a unos chinos de
enfrente de los jardines a comprar un boli y una libreta para anotar todas las
opciones que se me ocurrieran:
1.
Quería trabajar de otra cosa (lo cual sería
genial).
2.
Quería que nos fuesemos a vivir a otro sitio.
3.
Estaba escribiendo algo sobre nuestra relación y
no quería que lo viera porque es una sorpresa.
4.
Quería hacer un viaje.
5.
Quería dar un paso más en nuestra relación.
Después de repasar mucho las escasas opciones que tenía
pensé que la más obvia sería la quinta. Ahora lo que tenía que hacer era
barajar subopciones de esa mayor seriedad en la relación.
Y la bombilla se encendió.
¡Matrimonio! No era muy típico de Julia, mi Julia era una
mujer sencilla, de las que no necesitan que les hagas una demostración de
afecto para saber que se le quiere.
Pero de todas formas lo haría, y muy bien solo para
impresionarla de como la quiero. Por ella , por nosotros y por nuestro futuro
juntos .Ella y yo siempre.
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